Hoy en día las personas son un factor crítico de competitividad para las empresas. Al menos en el entorno occidental en el que nos desenvolvemos. En la economía global, la innovación y un equipo humano capacitado a la vez que comprometido son las claves del éxito. Por eso también la captación y retención de talento son asimismo cada vez más importantes en los planes de desarrollo de las compañías.
La necesidad de alinearse con un objetivo común, saber trabajar en equipo repartiendo tareas, forjar liderazgos eficientes… Ese es el siguiente paso, una vez que los perfiles son los adecuados. Incluso si tu equipo no es el mejor “persona a persona”, una buena motivación y una buena organización pueden convertiros en finalistas de la Champions.
Todo esto suena a fútbol, pero cada vez que pienso en ello me acuerdo de este fragmento de la película Gladiator. Está un poco editado y resulta algo exagerado para lo que estamos hablando, pero se entiende perfectamente.
Está claro, ¿no? Pero, ¿qué tiene que ver esto con comunicación? En Wictoria consideramos la Comunicación como la argamasa o el cemento con el que se construyen los equipos, o más bien las relaciones dentro de o entre equipos. Un relato de compañía con sus propios hitos y mitos; transparencia y bidireccionalidad hacia los colaboradores; Propósito y Responsabilidad Social. Visto de una forma más dinámica, podríamos decir que la Comunicación es la energía que hace moverse la organización y sus grupos de interés como una galaxia de planetas en órbitas concéntricas. Bien. La metáfora es bonita.
Perspectiva transversal
A nosotros los comunicadores nos toca transmitir los éxitos de la organización y también defenderla de los ataques a su Reputación. Pero vamos más allá. No sólo nos dedicamos a escribir, también sabemos crear las historias que alimentan el espíritu de nuestros equipos. Alentamos su orgullo de pertenencia. Establecemos canales de escucha y transparencia, de modo que se sientan mejor integrados. La escucha activa es la clave de la Comunicación Interna.
Y sobre todo, generamos una perspectiva valiosa para compartir con el resto de compañeros y con los directivos en las tomas de decisión. Como en la vida familiar, o como sucede con los amigos y en la pareja, casi todos los conflictos son meros problemas de comunicación. Es decir, podemos aportar una visión transversal para la organización.
La palabra y la emoción
Si estamos trabajando con personas, no podemos dejar de entender que estamos trabajando las emociones. Durante mucho tiempo la gestión de determinadas compañías no ha tenido eso en cuenta y ha fundido su capital humano como una trituradora. Pero eso tiende a su fin.
Tanto es así que los departamentos de Recursos Humanos poco a poco se van transformando en “El bueno de la película” y reciben el encargo de la dirección general de trabajar la motivación y el alineamiento de la plantilla con una misión, una visión y unos valores. En este punto los especialistas en Comunicación somos los mejores aliados de RRHH. Nosotros vivimos en el matiz y en la emoción constantemente. Primero hay que saber las cosas y después saber cómo decirlas.
Y lo hacemos con un Propósito y un sentido de Responsabilidad Social. Sabemos que debemos trascender el día a día y el corto plazo. Debemos construir la Reputación de la compañía sobre la huella que deja en el mundo, por muy pequeña que nos pueda parecer su actividad. Para nosotros es condición sine qua non estar abiertos a nuevas ideas y nuevas colaboraciones. Esa actitud debe ser inherente a nuestro trabajo y debemos contaminar con ella al resto de la organización. Sólo así podremos generar nuevos retos, nuevas alianzas y nuevas aventuras. ¿No os parece emocionante?